viernes, 25 de agosto de 2017

Fuera de contexto con dolor

A fecha de hoy, son ya 15 víctimas mortales, docenas de heridos -algunos de extrema gravedad- centenares de familias desgarradas, quienes han padecido la extrema violencia de un grupito de hijos de la gran puta que odian de manera fanática el que algunos disfrutemos con el vino y el jamón, cualquier tipo de música, o que pensemos que hombres y mujeres debemos ser iguales en derechos y deberes. Ha sido en Barcelona, y en uno de los barrios que más amo en el mundo.

Me gustaría manifestarme mañana allí, en respetuoso silencio. No podré. Y bien que lo lamento. Pero me sentiré representado. Sé que irá nuestro Rey, que ejerce esa función porque así lo decidieron, libre y voluntariamente, la inmensa mayoría de los españoles en diciembre de 1978.


Estoy seguro de que Felipe de Borbón sabrá representar la dignidad del conjunto del pueblo español ante la barbarie. Y tengo la certeza de que aportará la propia dignidad que ha adquirido por la esmerada educación que le hemos ofrecido entre todos.

No creo que nadie se atreva a pedirle que se arrodille para igualar su estatura con el resto. Y puestos a soñar, me haría inmensamente feliz que alguno de los que merecidamente encabecen mañana esa manifestación...tenga la gallardía de invitar a Felipe VI a acompañarles a la primera fila de esa muestra de repulsa pacífica contra el peor de los salvajismos.

Quien así lo hiciese no sería un trepapelota, sino alguien valiente, capaz de defender los valores que hemos asumido de manera democrática. Esos valores que tanto escuecen a quienes pretenden imponernos por la fuerza sus delirios totalitarios.

Y esos valores que tanto ha costado construir, o somos capaces de defenderlos con firmeza... o casi que merecemos que los pisoteen.

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